- ¿Será este el último Día Sin Pajita a Europa?
- A España se utilizan 13 millones de pajitas diarias
El 3 de febrero tiene lugar el Día Mundial Sin Pajita con el objetivo de concienciar y sensibilizar a la población sobre los efectos contaminantes de plásticos, primordialmente sobre los de un solo uso. Las pajitas no son biodegradables y tardan una media de 500 años en desaparecer.
Según cifras de la ONG Green Peace, en Europa se utilizan 36.500 millones de pajitas anualmente. Más concretamente, en España, se utilizan 13 millones de pajitas diarias. Las cifras hablan por sí solas, ¿verdad?
Y la pregunta es, ¿dónde terminan tiradas estas pajitas hasta que desaparecen? En nuestro ecosistema, tan marino como terrestre, causando grandes daños medioambientales. Más de un millón aves y animales marinos mueren cada año en España por la injerencia de plásticos, los cuales confunden con comida. Comer pajitas, u otros tipos de plásticos, puede perforarles el estómago o taponarles las vías respiratorias.
¿El último Día Mundial Sin Pajita en Europa?
El 24 de octubre de 2018, el Parlamento Europeo adoptó un gran compromiso a favor del medio ambiente: las pajitas de un solo uso se prohibirían a partir de julio de 2021. También se comprometieron a eliminar otros tipos de plástico de un solo uso, como bolsas, cubiertos y platos o botellas, entre otros.
Esto no implica que el problema vaya a desaparecer, y aún menos si el resto de países del mundo no se unen a este compromiso. Además, tendremos que ver como cumplen los países miembros de la Unión Europea. Esperemos que sea real y efectivo, por el bien del medio ambiente.
Alternativas a las pajitas de plástico y de un solo uso
Sí, hay opciones para substituir la pajita de plástico y un solo uso que tanto conocemos. La opción más popularizada, a día de hoy, son las pajitas de cartón o papel biodegradables, pero fíjate en si provienen de bosques y talas controladas y sostenibles. Las pajitas de azúcar también es una de las alternativas que está más de moda.
Las de metal o de bambú también son una buena opción de substitución, ya que se pueden rentar y reutilizar. Una gran forma de favorecer al medio ambiente, ¡y a la cartera también!
