El año 2021 debía ser el que marcara el final de las bolsas de plásticos y de productos plásticos como las pajitas y los cubiertos. En vez de eso hemos entrado en un año marcado por el uso de guantes, mascarillas y bolsas que han disparado la fabricación de plástico de un solo uso y de difícil reciclaje porque la mayoría son artículos sanitarios.
A este hecho hay que añadir los envases que se utilizan tanto en comida para llevar como para las entregas a domicilio que han aumentado exponencialmente en muy poco tiempo.
La pandemia ha cambiado completamente los hábitos de uso de,l plástico, convirtiéndose éste en el preferido por la sociedad ante el miedo al contagio.
Dentro de cómo tratar esta problemática encontramos el furano de polietileno (PEF) o dicho de otro modo el plástico vegetal. Este está producido a partir de azúcares vegetales extraídos del trigo, maíz y remolacha en lugar de combustibles fósiles. Este plástico se quiere utilizar inicialmente para fabricar botellas de refresco y envases de alimentos.
El proyecto que sigue adelante a pesar del SARS-Cov2, lo impulsa la compañía de productos químicos renovables y sostenibles Avantium, de los Países Bajos, según la cual el nuevo plástico a base de plantas, podría llegar a las estanterías de los supermercados en forma de envases y botellas en el 2023.
Se ha comprobado que el PEF se descompone en un año utilizando un sistema de compostaje, que implica un proceso de degradación orgánica controlada, y tarda unos años más en degradarse si se mantiene en condiciones normales, sin embargo el objetivo es que se pueda reciclar.
Entre los beneficios de este plástico vegetal destacan una menor huella de carbono, una reducción energética en la producción del material y una disminución de los residuos que se encuentran en el medio ambiente. ¿Pero es esta la solución definitiva? Es importante recordar que si, por ejemplo, los plásticos vegetales van a parar al mar, su lento proceso de degradación continúa poniendo en peligro la vida marina.
Así pues, aunque el uso de estos plásticos es un paso importante a dirigirnos a una economía circular, desde Mare Terra Fundación Mediterrània creemos que la alternativa real se basa en disminuir los residuos substituyendo los materiales desechables por otros que puedan reutilizarse en el tiempo.